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miércoles, marzo 12, 2025

El Viernes que Microsoft se Fue a Negro: Crónica de un apagón cibernético

¿Alguna vez has tenido uno de esos días en los que nada sale como esperas? Bueno, multiplica eso por unos cuantos millones y tendrás una idea de lo que fue el viernes 19 de julio de 2024. El día que Microsoft, ese gigante tecnológico que creíamos más sólido que una roca, se tambaleó como un castillo de naipes en medio de un huracán.

Graves fallas tecnológicas en los servicios de emergencias 911, hospitales, sistemas de transporte público, incluyendo retrasos en trenes y autobuses y la cosa no pintaba bien. A eso de las 2 a.m., la Administración Federal de Aviación (FAA) lanzó una noticia como una bomba: todos los vuelos de Delta y American Airlines estaban en tierra.

A medida que el sol avanzaba por el globo, iluminando oficinas y hogares, el caos se extendía como un virus digital en esteroides. Las redes sociales, esas que siempre están ahí para recordarnos lo mucho que nos gusta quejarnos, echaban humo. Los memes se multiplicaban más rápido que los gremlins mojados. «¿Alguien ha visto a Microsoft? Se ha perdido y no contesta al teléfono», bromeaban algunos. Otros no estaban para bromas, claro. Imagínate, empresas enteras paralizadas, como si alguien hubiera pulsado el botón de pausa en medio de una película de acción.

La firma estadounidense de ciberseguridad CrowdStrike comunicó a sus clientes que estaba al tanto de los informes sobre problemas en su software al ejecutarse en sistemas operativos Windows de Microsoft. Este software, que es empleado por muchas empresas incluidas en la lista Fortune 500, se encarga de detectar y prevenir amenazas de hacking.

Dentro de Microsoft

Y mientras tanto, en las oficinas de Microsoft, me imagino el pandemónium. Técnicos corriendo de un lado a otro como pollo sin cabeza, cafés derramados sobre teclados carísimos, y el pobre community manager intentando calmar a las masas con mensajitos del tipo «estamos trabajando en ello, gracias por su paciencia». Sí, claro, como si eso fuera a calmar a millones de usuarios más enfadados que un gato mojado.

La Causa del Apagón

Lo más gracioso (o trágico, según se mire) es que todo este lío monumental, este Armagedón digital, fue por un «pequeño cambio de configuración en Azure». Como si le hubieras dado sin querer a ese botón rojo que dice «no tocar bajo ningún concepto» y que siempre está en las películas. Un error de novato que desencadenó el apocalipsis tecnológico. Me imagino al pobre técnico que apretó el botón equivocado, probablemente escondido debajo de su escritorio, deseando que se lo tragara la tierra.

Consecuencias en el Mundo Real

Las consecuencias fueron dignas de una película de desastre. Bancos con las puertas cerradas y cajeros tan útiles como pisapapeles de hormigón. Aeropuertos que parecían cementerios de aviones, con pantallas en negro y pasajeros más perdidos que un pulpo en un garaje. Empresas enteras paralizadas, con empleados jugando al solitario en papel porque, seamos sinceros, ¿quién se acuerda de cómo trabajar sin ordenador?

Hasta hubo quien bromeó diciendo que por fin habíamos conseguido frenar el cambio climático, con tantas empresas paradas a la fuerza. «Quizás Microsoft solo estaba tratando de salvar el planeta», decían algunos optimistas. Sí, claro, y yo soy la reina de Inglaterra.

Reacciones de los Gobiernos

Los gobiernos tampoco se libraron. Imagínate, de repente volver a la edad de piedra administrativa. Funcionarios buscando desesperadamente máquinas de escribir en los sótanos, mientras otros intentaban recordar cómo se hacía para mandar un fax. Un auténtico viaje en el tiempo, pero sin la diversión de ver dinosaurios.

Y en medio de todo este caos, Microsoft salió con el rabo entre las piernas, disculpándose como si hubiera roto el jarrón favorito de la abuela. Prometieron investigar, mejorar, reconstruir… lo de siempre. Palabras bonitas que suenan genial en un comunicado de prensa, pero que no ayudan mucho cuando tienes a medio planeta tirándose de los pelos.

Teorías y Expertos en Seguridad

Mientras tanto, los expertos en ciberseguridad se frotaban las manos: por fin tenían algo jugoso que analizar en sus blogs y podcasts. Las teorías volaban rápidamente. Que si había sido un ataque de hackers, que si era una conspiración del gobierno, que si los extraterrestres… Vamos, lo normal cuando nadie tiene ni idea de qué está pasando realmente.

Lo curioso es ver cómo, de la noche a la mañana, todo el mundo se volvió experto en resiliencia digital. Que si hay que diversificar proveedores, que si no hay que poner todos los huevos en la misma cesta cloud, que si deberíamos volver a usar palomas mensajeras (esta última era broma, creo). Como si antes no lo supiéramos, ¿verdad? Pero claro, nada como un buen susto para espabilar y hacernos pensar en lo frágil que es nuestro mundo digital.

Preguntas y Reflexiones

Y hablando de sustos, este nos ha dejado con más preguntas que un examen sorpresa de física cuántica. ¿Estamos realmente preparados para un mundo tan dependiente de la tecnología? ¿Qué pasaría si el próximo apagón durara días en vez de horas? ¿Volveremos a las señales de humo? ¿Alguien se acuerda de cómo se usa una guía telefónica?

Las empresas, por su parte, empezaron a replantearse sus estrategias. De repente, tener un plan B ya no parecía una pérdida de tiempo y dinero, sino una necesidad vital. Algunos incluso hablaban de tener planes hasta la Z, por si acaso. Mejor prevenir que lamentar, ¿no?

Cambios en las Empresas

Los bancos, esos que siempre parecen vivir en su propio universo de números y porcentajes, se dieron cuenta de que quizás, solo quizás, depender tanto de un único proveedor no era la idea más brillante del siglo. Imagínate, millones de personas sin poder sacar dinero porque alguien apretó el botón equivocado. Suena a chiste, pero fue la realidad durante unas horas.

Las aerolíneas, por su parte, tuvieron que improvisar como nunca. Hubo quien propuso volver a los viejos tiempos de los tablones con fichas para mostrar los vuelos. Otros sugirieron usar palomas mensajeras para comunicarse con las torres de control. Ok, quizás me estoy pasando, pero admitámoslo, la situación era tan surrealista que cualquier cosa parecía posible.

Historias de Ingenio y Solidaridad

Y en medio de todo este caos, surgieron historias que te devuelven la fe en la humanidad. Como la de aquel piloto que, al no poder comunicarse con la torre de control por los medios habituales, usó viejas señales luminosas para aterrizar su avión de forma segura. O la del banco que improvisó un sistema manual para que los clientes pudieran retirar pequeñas cantidades de dinero. Historias de ingenio y solidaridad que demuestran que, incluso en los peores momentos, los seres humanos podemos ser bastante geniales.

Lecciones Aprendidas

Pero no todo fueron risas y anécdotas curiosas. Este apagón nos ha dejado lecciones serias que no deberíamos ignorar. Nos ha mostrado lo vulnerables que somos, lo dependientes que nos hemos vuelto de la tecnología. Y no hablo solo de no poder ver el último capítulo de tu serie favorita en streaming (que también duele, no lo niego). Hablo de hospitales que no podían acceder a historiales médicos, de sistemas de emergencia que se vieron comprometidos, de infraestructuras críticas que temblaron.

Necesidad de Mejores Sistemas

Y aquí es donde entra la parte seria del asunto. Porque sí, podemos reírnos del fail monumental de Microsoft, pero también tenemos que aprender de él. Necesitamos sistemas más robustos, más resilientes. Necesitamos diversificar, tener planes de contingencia, y quizás, solo quizás, no olvidarnos completamente de cómo funcionaba el mundo antes de que todo estuviera conectado a la nube.

Los expertos hablan de implementar mejores protocolos de seguridad, de crear «cortafuegos digitales» entre sistemas críticos, de aumentar la redundancia en las redes de comunicación. Suena complicado, ¿verdad? Pues imagínate implementarlo. Pero ey, si hemos sido capaces de crear un mundo hiperconectado, seguro que podemos encontrar la forma de hacerlo más seguro.

Un Futuro Más Seguro

Al final, Microsoft se recuperó, los servicios volvieron, y la vida siguió. Pero algo cambió ese día. Nos dimos cuenta de que incluso los gigantes tienen pies de barro. Y quizás, solo quizás, aprendimos a valorar un poco más esos momentos en los que decidimos desconectarnos por voluntad propia.

Porque, amigos míos, a veces la vida te da limones, y otras veces te deja sin la app para hacer limonada.

Enlaces relevantes:

https://cnnespanol.cnn.com/2024/07/19/ultima-hora-falla-informatica-global-aerolineas-empresas-en-vivo/

https://www.ambito.com/tecnologia/microsoft-lanzo-un-informe-el-apagon-informatico-cuantas-computadoras-afecto-n6035491

https://www.youtube.com/watch?v=BDpRT4L47jQ

https://www.df.cl/empresas/multinacionales/un-apagon-cibernetico-mundial-paraliza-aeropuertos-medios-finanzas-y

https://www.france24.com/es/ee-uu-y-canad%C3%A1/20240719-fallo-global-qu%C3%A9-se-sabe-del-apag%C3%B3n-de-microsoft-que-colaps%C3%B3-bancos-aeropuertos-y-medios

 

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